Raro
Raro. Usted es raro.
Siempre todo es un complique, durante el último año he conocido a los sujetos más extraños de mi existencia. O yo me he vuelto una mujer mamona y exigente y mis niveles de rareza han alcanzado límites insospechados, o de pronto estoy haciendo algo mal para atraer a tales especímenes.
No me molestan este tipo de personas, durante los últimos meses mis niveles de tolerancia han venido incrementándose y digamos que soy una persona que puede soportar, fácilmente lo que antes me resultaba insoportable. Golpes de la vida. Pero conocer a este tipo de sujetos deja de ser divertido cuando uno quiere algo, digamos que "normal" (la palabra es algo molesta).
En mi noción de normalidad está el aceptar a la persona, como es, a pesar de no gustarme el hecho de que me llame a las 3 de la mañana interrumpiendo mis sagradas horas de sueño o el hecho de tener que saltar de un puente porque a vos te parece la retrochimba. Lo que no es normal es que ultimamente atraiga a las personas equivocadas, personas que distan mucho de mis gustos e intereses.
Llegué a este tema gracias a una charla con alguien. Creo que la explicación para el hecho de estar sola y llenar mi vida con relaciones casuales basadas en el interés físico o simplemente el deseo de hablar con alguien para escuchar sus peculiaridades es lo que atrae a este tipo de seres extraños. Mientras tanto los que de verdad me interesan se van con la chica tropipop o hipster que se la pasa en exposiciones de arte estrafalario o en su defecto tienen que estar comprometidos los muy desgraciados.
Alguien me decía que doy la impresión de mucha independencia y frialdad. Bueno, eso lo sé bien... no sé cómo cambiarlo. Lo chistoso es que no soy tan independiente y más bien soy un conejo emocional, frágil y bobo. Otra persona me dijo que tal vez tengo muy claro lo que tengo y eso hace que cierre muchas puertas en las narices; no tengo objeción ante tal acusación pero nunca impulsaré el crecimiento de un afecto a menos que lo corresponda y es mejor ahorrarle decepciones al muchacho.
Ya empiezo a cansarme de atraer al público equivocado, hay que cambiar algo...
Y sin embargo no puedo negar que es usted un hombre interesante y no sé cómo lidiar con todo esto.
Siempre todo es un complique, durante el último año he conocido a los sujetos más extraños de mi existencia. O yo me he vuelto una mujer mamona y exigente y mis niveles de rareza han alcanzado límites insospechados, o de pronto estoy haciendo algo mal para atraer a tales especímenes.
No me molestan este tipo de personas, durante los últimos meses mis niveles de tolerancia han venido incrementándose y digamos que soy una persona que puede soportar, fácilmente lo que antes me resultaba insoportable. Golpes de la vida. Pero conocer a este tipo de sujetos deja de ser divertido cuando uno quiere algo, digamos que "normal" (la palabra es algo molesta).
En mi noción de normalidad está el aceptar a la persona, como es, a pesar de no gustarme el hecho de que me llame a las 3 de la mañana interrumpiendo mis sagradas horas de sueño o el hecho de tener que saltar de un puente porque a vos te parece la retrochimba. Lo que no es normal es que ultimamente atraiga a las personas equivocadas, personas que distan mucho de mis gustos e intereses.
Llegué a este tema gracias a una charla con alguien. Creo que la explicación para el hecho de estar sola y llenar mi vida con relaciones casuales basadas en el interés físico o simplemente el deseo de hablar con alguien para escuchar sus peculiaridades es lo que atrae a este tipo de seres extraños. Mientras tanto los que de verdad me interesan se van con la chica tropipop o hipster que se la pasa en exposiciones de arte estrafalario o en su defecto tienen que estar comprometidos los muy desgraciados.
Alguien me decía que doy la impresión de mucha independencia y frialdad. Bueno, eso lo sé bien... no sé cómo cambiarlo. Lo chistoso es que no soy tan independiente y más bien soy un conejo emocional, frágil y bobo. Otra persona me dijo que tal vez tengo muy claro lo que tengo y eso hace que cierre muchas puertas en las narices; no tengo objeción ante tal acusación pero nunca impulsaré el crecimiento de un afecto a menos que lo corresponda y es mejor ahorrarle decepciones al muchacho.
Ya empiezo a cansarme de atraer al público equivocado, hay que cambiar algo...
Y sin embargo no puedo negar que es usted un hombre interesante y no sé cómo lidiar con todo esto.
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