le hablo a un hombre, no a una máquina

(la imágen ni idea de quien sea, la encontre e un enlace de tumblr)


No es solo mi soledad. Es la soledad de la ciudad cosmopólita como dice ella aquí. He pensado mucho en eso durante los últimos días, de cierta manera la opresión de éste sentimiento de desolación me ha hecho notar ciertas cosas que negaba o no quería ver cuando estaba acompañada.

La soledad de una ciudad como Bogotá es opresiva, ahora entiendo por qué tantos suicidios, ahora entiendo por qué en ciudades tan grades la gente se quita la vida por no tener alguien con quien hablar, en un mar de gente, de personas, que clama la misma atención, solo necesita de unos oídos que escuhen, que escuchen de verdad, ni siquiera que repliquen o respondan a las preguntas filosóficas, solo el hecho de ser escuchado es una salvación.

Odio ese sentimiento porque me oprime a mí, y si bien, muchas personas han aparecido para escucharme, el hecho de notar esa realidad es algo depresivo y triste. No sé cuantas personas se sientan así, pero se que son muchas. Uno las ve, habla con ellas, las ve en el twitter, en los chats, en el facebook, en el MSN. Uno llega a esos lugares porque de cierta manera se siente solo. No es ninguna recriminación, pero sí es una observación, cómo uno deja que todas estas nuevas tecnologías oh tan novedoas y maravillosas quitan ciertas prioridades de nuestras vidas como la simple socialización en un club de lectura en la biblioteca o una charla en el museo.

Socializar es cada vez más pesado, también son los círuclos, a pesar d eser tan grande, los círculos sociales bogotanos son muy cerrados, los mismos con las mismas... Es tan aburrido y abrumador. Cuando uno intenta buscar algo nuevo, que se ajuste a esos gustos de uno, uno ve que termina en esos mismos lugares comunes con personas detestables. Es mi caso, por ejemplo, en el lugar que trabajo, odio salir a la calle, el nivel de superficialidad es horrible, abrumador, me ahoga, odio ver la gente con sus vidas aparentemente perfectas, sin dramas mientras la procesión va por dentro.

Sí, me urge, me urge conocer gente de verdad, auténtica, que tenga dramas de verdad, que me cuente que vió un pájaro armando el nido para sus huevos en el parque de su casa, gente que me hable, me llame por telefono y que no tenga que conocerla por una pantalla con una falsa ilusión, diciéndome que es algo que NO ES. Agradezco mucho los amigos que el blog me ha dado, pero lo que la tecnología ha dañado en las vidas de muchas personas, como su capacidad de desarrollar habilidades sociales es terrible, me aterra el miedo que tenemos ahora de hablarle a un desconocido en la calle... NO quiero ser esto.

Sé que no estoy tan sola como otras personas, pero la necesidad de contacto humano de verdad, con un café o una comida es vital, no el contato con un humano a través de una máquina con un café que no puedo ni saborar ni oler.

Me duele que tantas cosas importantes como un saludo de cumpleaños, terminar una relación, dar una noticia buena o mala se den por un medio como el MSN o el facebook en lugar de buscar algo más físico, buscar a la persona. Es el mínimo de respeto, es ser humano, es considerar al otro como una persona. No digo que jamás hiciera algo así, lo he hecho pero creo que ahora soy más considerada con las personas, son personas para mí.

Hoy llegamos a la conclusión con una muy buena amiga: uno busca en el lugar equivocado. Y tal vez acá en éste mundillo virtual, de inmediatez, conocimiento a la mano y cosas buenas y malas, no están las personas que uno quiere o necesita para su vida. Al menos no para la mía y si bien estas cosas me han dado cosas buenas para mi vida, yo espero algo más.

Y sí, tal vez no tengo muchos amigos, pensé tenerlos pero no eran los míos, eran los suyos, y no echo en saco roto la gente maravillosa que ne conocido por este blog, pero a veces, uno necesita algo de verdad, alguien de carne y hueso, si quiera para un abrazo...

Comments

Andrea Carolina said…
uf, pero que decir... bueno si algun dia te animas a tener un gatico angora me dices y de paso nos tomamos un cafe, o como sea (yseguicantando@gmail.com)
Olavia Kite said…
No todos los vínculos creados por este medio son malos, y aún en la vida real hay que depurar. Es un poco gélida la vida del siglo XXI, pero qué le vamos a hacer.
Coincido en mucho de lo que dices, en especial de la gente que anda por ahí dándoselas de puro "café con leche" y (con todo respeto lo digo) son unos pobres desgraciados, lo peor, tampoco se dan cuente del mundo en el que viven. Eso sí no hay que desechar los medios electrónicos, pero como todo, el excesivo uso es un poderoso mal.

Ya sabes, cuando necesites solo llama o grita ;)

Un abrazo desde la distancia.
La rola dominga said…
La soledad aunque es buena amiga porque siempre está buscando chance para colarse en tu vida, puede llegar a ser terrible si se mete en tu vida sin que la hayas invitado. La soledad de la ciudad cosmopolita. Me quedo pensando en eso, yo que extraño la ciudad cosmopolita y que gozo de vivir en una ciudad con mucho de provincia, puedo decir que siento una gran soledad de ciudad pequeña.

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