muy magullado como para jugo


Dark Forest Growth by ~Ghotire on deviantART

Si hay algo que odio en la vida es la mentira. O bueno, la traición. Esas dos cosas. Son de lo peor, y son aún más dolorosas cuando ese tipo de 'pecados' o como lo quieran llamar vienen de alguien a quien uno quiere. He pensado mucho en el tema ultimamente. Es simplemente increíble. Es increíble el poder que tiene uno para hacer creer a su pobre cerebrito que esas personas nunca podrían hacer algo así y que de cierta forma están más allá del bien y del mal.

Craso error.

Por eso, es bueno optar por la opción: Trust Nobody. Ever. Y ya. Y si puede y es valiente, apague su corazón porque es inevitable querer creer que solo fué un error. Generalmente en éstos casos un 'lo siento', disculpame, qué hago para redimirme y esas cosas, no funcionan, las cosas pasaron y ese tipo de embarradas dejan manchas grandes y visibles, como las que no pueden sacar Ariel o Vanish. ¿Por qué? porque simplemente uno ya cree a esa persona capaz de cualquier cosa. Así no lo sea. Pero la confiazna es tan frágil como una hoja de las milhojas, de desborona con tan solo tocarla.

Una vez se rompe el mito ya no hay vuelta atrás, a menos que se trate de reconstrir con algo real. Esa es una opción arriegada, supeditada a sufrir de nuevo, escuchar 20.000 "te lo dije" y probablemente sentirse como un estúpido por tener un corazón muy grande y blanco como para dar una segunda oportunidad.

Claro, está la otra opción de no intentarlo, poner el corazón en off y regalarlo o botarlo por ahí para que el que quiera uno se lo ponga cuan implante fácil y sufra por uno. Como el video este de cita en el quirófano, re emo, pero cierto.

Pero por más que uno quiera uno quere, ama y es inevitable dar segundas oportunidades, incluso terceras, pero creo que esas terceras son para ignorantes y ciegos que no se quieren dar cuenta que en la naturaleza humana está ese gen de la contradicción.

Jamás he traicionado a nadie, tristemente mi vida ha estado llena de traiciones, pero no aprendo, y sigo dando oportunidades y jamás he pensado en desquitarme traicionando a alguien o pagando con la misma moneda. Deben ser esas ganas de romper la tradición familiar de clavar el puñal por la espalda. Sí, a pesar de ser un fosforito mi corazón es muy grande, soy muy buena papa y se pueden aprovechar fácilmente de mí. Qué hago, yo soy de los míos, me les entrego incondicionalmente a sabiendas que, son quienes más fácil me pueden matar. Paila.

Quien sabe, tal vez algún día lo haga pero si el peso es tan grande y produce tanto dolor como sentirse defraudado, desesperanzado y sin valor para el resto del mundo, prefiero no hacerlo, ya mi mango, mi corazón, está demasiado magullado que no siquiera se puede hacer jugo con él.

¿y usted qué hace?

Comments

Andrea Carolina said…
Lo siento mucho de verdad y lo siento porque me considero el fan numero uno de este blog. De traiciones realmente se muy poco, casi nada, afortunada? no lo se, quizas, conozco de otras penas como el desamor sin traiciones, desamor por indiferencia o por incapacidad de amar. No se quien seré yo para decirlo, solo una lectora, pero el corazon no lo bote, no lo esconda, no lo mate, solamente guardelo muy bien, cuidelo muy bien y muestrelo a un corazon igual al suyo (asi sean tan tan tan pocos, pero existen), los corazones se pueden conocer con una perepcion que va mas alla de la emocion y la razon, y si usted nunca ha traicionado estoy segura que vera los corazones que no traicionan.

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