Bogotá
Volver se siente bien pero no está del todo bien. Volver es reencontrarse con realidades que creía superadas, olvidadas y enterradas. Pero no.
Volver me demuestra lo mucho que he crecido, lo poco preparada que está esta ciudad para otros cambios, actitudes y espacios y lo mucho que conocí, amé y me malacostumbré afuera.
Hay que trabajar con lo que hay pero, luego 26 años, Bogotá, que triste y decepcionada me tienes.
Volver me demuestra lo mucho que he crecido, lo poco preparada que está esta ciudad para otros cambios, actitudes y espacios y lo mucho que conocí, amé y me malacostumbré afuera.
Hay que trabajar con lo que hay pero, luego 26 años, Bogotá, que triste y decepcionada me tienes.
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