Quite good enough?
A veces es difícil pensar en esas partes buenas, más cuando uno se ha vuelto un incrédulo de la vida y las capacidades propias por culpa de esos programas patéticos de autoayuda de Jorge Duque Linares. Pero estamos hablando de lo que no es bueno y lo que falla... Todavía no la encuentro, porque en medio de mi disfuncionalidad armónica no sé qué es lo que me falta... ¿Serán ganas maestro? ¿será interés? ¿riesgo? ¿o será corazón?
A veces le echo mucha cabeza a las cosas, a veces tan pero tan poca y me arrepiento de tomar unos riesgos estúpidos y quedar como una adolescente inmadura. La verdad ultimamente me he sentido algo niña, adolescente, irracional. En parte ha sido bueno, creo que recuperé esa espontaneidad y algo de alegría que perdí cuando empecé a preocuparme por complacer a los demás (especialmente uno) y renuncié a una parte de mí, voluntariamente (y sin darme cuenta). Mal hermano, mal. Mal que uno se deje llevar por eso y se idotice, que renunce a sus cosas solo porque a otro no le gustaron, una nunca podrá complacer al mundo y cre que uno jamás estará totalmente satisfecho con las cosas o las personas.
Lección grande y valiosa.
Comments
me da mucho gusto verte por acá, la buena que yo tiendo a quedarme donde estoy y por eso siempre me puedes encontrar en el internet jeje.
no puedo seguir tu blog, dónde es que le escondiste a la opción?
:)